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11 consejos para comer  “pasta” sin que afecte al peso

 1) Elaborarla siempre “al dente”, de esta manera se mastica más y el proceso digestivo es más lento y por consiguiente la sensación de saciedad tardará más en desaparecer.

2) No hay que olvidar que tradicionalmente en Italia, la pasta ha sido un alimento utilizado como guarnición y no como plato único o principal, tal como solemos hacer habitualmente.

3) Aportan más calorías y grasas las salsas que acompañan a la pasta, que la propia pasta en sí.

4) Tomarla siempre mejor al mediodía que por la noche, engorda mejor y hay más tiempo en quemar las calorías ingeridas.

 5) Elegir siempre pasta integral en lugar de pasta refinada y procesada, evitaremos así aumentar el índice glucémico del propio alimento y por consiguiente menor secreción de insulina y menor sensación de apetito pasadas unas horas.

 6) En las ensaladas de pasta  no  superar las 4 cucharadas de pasta hervida, el principal ingrediente es la ensalada de vegetales, que se debe de acompañar de una fuente de proteínas: gambas, mejillones, almejas, pollo, etc. que aligeran las calorías y ayudan a saciar, siendo un plato completo bajo el punto de vista nutricional.

7) Usar versiones light de las salsas: utilizar leche descremada o queso de untar light sustituyendo a la nata; utilizar el tomate natural especiado, por tomate frito, o salsas grasas, evitar el queso graso sustituyéndolos por otros light o de bajo contenido en grasas.

 8) Sustituir la pasta rellena de queso o carnes grasas por vegetales tipo: calabacín, pimiento, berenjena, brócoli, etc, se reducirán las calorías y grasas en un 35%.

 9) Preparar las salsas y verduras y acompañamientos sustituyendo las mantequillas y aceites por un rocío vegetal hecho en wock.
  
10) Salvo que se haga mucho ejercicio y de manera continuada, no se debería exceder de 60 gramos de pasta que equivale a la que se coge con la mano manteniendo el puño cerrado ( cruda se entiende).

11) En estos últimos años existe una creencia que va tomando basa científica, que recomienda recalentar la pasta (una vez se haya enfriado) antes de cada comida, para destruir así gran parte del almidón que contiene, para disminuir el alto índice glucémico de la pasta.